Tradición y esfuerzo

El sustento económico del valle de El Palmar ha estado ligado directamente al cultivo y comercialización del cereal, siendo el trigo el producto más generalizado. Con ello, el gofio, obtenido a través del proceso de tueste y molido del grano en molinos caseros con piezas de molturación hechas en piedra, siempre ha estado presente en la vida de los vecinos de El Palmar. Los primeros artilugios industriales, ubicados todos ellos en el valle, surgieron ya bien entrado el siglo XX. El Palmar también destacó por la plantación de papas, cuyo cultivo se generalizó a lo largo del siglo XVIII, y de la viña con la que se elaboraban caldos a partir de mediados del siglo XX. Hasta esa fecha, en El Palmar y en la mayoría de los pagos del noroeste de Tenerife existían numerosos colmeneros. En ese tiempo las colmenas eran de corchos o elaboradas a partir de un tronco de árbol, en la mayoría de los casos de palmera.

En la actualidad existen colmenas modernas o cajas americanas, apoyadas, más fáciles de tratar y manejar, y se localizan en muchas ocasiones en cuevas naturales de los barrancos. La toponimia destaca con frecuencia tal hecho como es el caso de la Cueva de Bejera o Abejera en El Palmar. Hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX, el Valle de El Palmar constituía un gran trigal que representaba el esfuerzo de numerosos campesinos dedicados mayormente a la agricultura y ganadería.